El teletrabajo y trabajo remoto han sido soluciones efectivas para un contexto de distanciamiento como el de la pandemia. Sin embargo, cada vez hay más vacunas disponibles y menos contagios por COVID-19.
Esta realidad se vive en todo el mundo (a fines de septiembre, la ONU reportó un descenso global de 10% en los contagios por coronavirus) y eso lleva a los líderes y a las organizaciones a realizarse esa inevitable pregunta: ¿es hora de volver al trabajo presencial?
El regreso a la oficina en el Perú
En junio de este año, la Autoridad Nacional de Servicio Civil (Servir) aprobó un Decreto de Urgencia (055-2021) que declara el retorno al trabajo presencial en entidades públicas, con especial atención en el sector salud.
Hace un par de meses, un estudio de Marsh Perú, reveló que el 49% de las empresas que evalúa el retorno a labores presenciales, exigirá que todos los colaboradores se encuentren vacunados.
Salir del trabajo remoto
En un comunicado a su fuerza de trabajo, Amazon menciona: “Nuestro plan es volver a una cultura centrada en la oficina como estándar. Creemos que nos permite inventar, colaborar y aprender juntos de manera efectiva”.
Esta perspectiva es compartida por una serie de empresas tecnológicas, muchas de las cuales respaldaban el trabajo a distancia de manera indefinida en un principio.
A inicios del 2021, Google anunció que, desde el 01 de septiembre, el teletrabajo ya no sería una norma en la empresa y habría una vuelta masiva de los colaboradores a la oficina. Sin embargo, la medida ya se ha aplazado hasta en dos ocasiones, pasando del 18 de octubre al 10 de enero del próximo año. La empresa mencionó que esto responde a los contagios por la variante delta del coronavirus.
Obstáculos a superar en la discusión del regreso a la presencialidad
En cualquier caso, salir del trabajo remoto no será nada fácil. Como detalla un artículo de Carmen Sánchez-Silva en El País, muchos colaboradores han encontrado una mayor rentabilidad en su sueldo con el trabajo a distancia.
No solo se ahorran en gastos de alimentos en restaurantes o transporte sino también en vivienda. Varios de ellos han decidido alejarse de la ciudad y trasladarse a lugares más tranquilos y económicos.
Existe un gran grupo de empleados que se encuentra a la expectativa de conocer la decisión de la empresa acerca del retorno a la oficina. Según un informe de Microsoft que recoge Forbes, ante este contexto, uno de cada cuatro colaboradores está considerando dejar su empleo a fin de año.
Pero también se encuentra el grupo que siente el golpe de la poca o nula interacción con los compañeros de trabajo, que no dispone de las comodidades de la oficina en casa y se encuentra en un espacio poco ideal para concentrarse (atender a padres, hijos, mascotas, entre otras razones).
A ellos se suma la postura de las empresas que apuestan por un ambiente de trabajo presencial que motive el trabajo en equipo, el trabajo colaborativo. No hay dudas de que la decisión del retorno al trabajo presencial tendrá un impacto directo en el clima laboral de las organizaciones.
En este vaivén del regreso a la presencialidad, Microsoft prevé que el estándar en la mayoría de puestos en el futuro cercano será flexible o ‘híbrido’. Pero las dudas aparecen sobre estas definiciones.
¿Qué significan realmente?, ¿cuántos días serán en oficina y cuántos en remoto?, ¿es justo que sea una norma general para todos?, ¿es injusto discriminar el regreso a la oficina de acuerdo al puesto? Hay mucho margen de maniobra ante conceptos poco claros.
Frente a toda esta incertidumbre, ¿qué pueden hacer los líderes y las empresas para decidir cuál es el modelo ideal de trabajo? Te compartimos algunos consejos para armar un nuevo modelo de trabajo:
- Saber lo que no es negociable
¿Conoce la política de la organización para el retorno laboral? Antes de abrir el diálogo con el equipo es importante conocer con claridad cuál es la postura de la empresa. Esto evita que se puedan realizar promesas que luego no se cumplirán y afecte negativamente el ambiente laboral.
- Tener claro que lo ‘justo’ es utópico
Inevitablemente, con el trabajo presencial, con la permanencia del home office o con el trabajo híbrido, habrá quienes lo consideren injusto. Esta discusión se complica aún más cuando se toma en cuenta la presencialidad o no del empleado según la naturaleza del puesto.
- Defina sus principios rectores
Si para la empresa es crucial el trabajo presencial para alentar la colaboración entre áreas entonces vuélvalo uno de sus pilares, comuníquelo oportunamente a su equipo y sea transparente. Fundamente los motivos por los cuales eligió tal o cual postura.
- Revise el plan periódicamente
Una vez establecidos los principios y acciones en base al modelo de trabajo, revise si realmente está funcionando para su fuerza de trabajo. Con esa información podrá decidir entre mantener el plan piloto, hacer ajustes o replantear por completo.
Con el trabajo híbrido la intención es clara: unir lo mejor del trabajo presencial con el trabajo remoto. Y frente a eso el modelo que viene ganando terreno es el de tres días de trabajo presencial y dos de home office a la semana.
Sin embargo, esto puede resultar muy bien o muy mal, pues ante cambios tan seguidos en vez de reunir lo mejor de los dos mundos puede juntar lo peor de ambos. Algunas empresas que apuestan por el modelo híbrido han asignado ciertos días del mes para ir a la oficina a reuniones puntuales; mientras que, otras combinan tres semanas de home office con una de trabajo presencial.
Recoger la opinión de tu gente en este proceso será vital para tomar la mejor decisión. Aunque sea complejo, no evites la discusión con tu fuerza de trabajo. Define los principios y conversa con el equipo en base a ello.