¿Por qué aplicar una evaluación de desempeño laboral una vez al año no es suficiente?
Tradicionalmente, como gestores de talento, solíamos hacer evaluaciones de desempeño anuales, donde revisamos el cumplimiento de los objetivos propuestos a principios de año. Y aunque algunas empresas continúan evaluando de esta manera, lo cierto es que la forma de medir ya cambió.
Hoy sabemos que los equipos se encuentran en constante cambio. Al realizar solo una evaluación durante el año, nuestra empresa pierde visibilidad y una gran oportunidad para recibir retroalimentación sobre la cual accionar.
Si deseamos crear una cultura de feedback consistente y detectar oportunidades de mejora en los colaboradores, necesitamos que las evaluación y retroalimentación estén alineadas a un tiempo coherente y comenzar a medir en tiempos más cortos para construir con perspectiva a largo plazo.
De acuerdo con la consultora Gallup, las revisiones de Performance tradicionales o anuales, son poco recomendadas e incluso pueden llegar a generar impactos negativos el clima organizacional y desempeño laboral debido a:
- Falta de feedback continuo en la empresa. Más allá de que sea un feedback positivo o constructivo, los líderes deben ser capaces de brindar retroalimentación constante a los colaboradores.
- Embajadores poco apropiados. Durante una evaluación de desempeño, muchas organizaciones escogen a un supervisor de cualquier área que no ha estado gestionando activamente a todos los colaboradores, pero es asignado una vez al año para evaluar.
- Demasiados temas por cubrir. Al ser una vez al año, la mayoría de las evaluaciones intentan abordar demasiados puntos en una sola conversación como ofrecer recomendaciones, hablar sobre bonificaciones, desarrollo de competencias y más.
Ahora, veamos los beneficios que la consultora Gallup ha registrado al comparar un feedback anual frente a uno semanal.

Es momento de comenzar a crear un sistema de gestión que nos permita abordar con precisión las dimensiones del desempeño laboral y accionar para poder llegar a los objetivos planteados. Así podremos adaptarnos al ritmo de un mundo cambiante y acelerado, para continuar fomentando la cultura del feedback honesto dentro de las relaciones entre líderes y equipos.